Padrinazgo
El padrino es uno de los recursos principales que usamos para ayudarnos a afrontar los efectos del alcoholismo y a recuperarnos de los mismos. Un padrino es alguien con quien podemos compartir nuestros pensamientos y nuestras circunstancia en detalle. Muchos elegimos un padrino que haya estado en Al-Anon durante un tiempo, alguien que esté bien familiarizado con el programa para poder ayudarnos a aplicarlo en nuestras vidas. Pese a que la mayoría de los principios y técnicas de Al-Anon se componen de ideas, lemas o acciones simples y fáciles de entender, aprender sobre cuándo y cómo ponerlos en práctica en nuestras vidas puede ser muy confuso, por eso un padrino puede resultar de gran utilidad.
Entre reuniones de Al-Anon podemos llamar a nuestro padrino cuando encaramos una situación difícil, logramos un objetivo, nos sentimos confundidos o meramente deseamos hablar. Es maravilloso tener a alguien a quien se pueda se pueda recurrir que sepa nuestra historia, alguien que haya contraído el compromiso de estar siempre presente para escucharnos y compartir con nosotros, alguien que pueda ofrecer una perpectiva distinta de nuestra situación, que respete nuestra intimidad y que mantenga lo que decimos estrictamente confidencial.
Un Padrino es un amigo, un confidente que ha experimentado los efectos desvastadores del alcoholismo y sin embargo, ha aprendido mediante Al-Anon a encontrar la serenidad y la esperanza. Nos escucha comparte experiencias, fortaleza y esperanza y nos ofrece apoyo y aliento. Pero un padrino no tiene todas las respuestas. Es tan solo un ser humano que se está recuperando de los efectos del alcoholismo. Ninguno de nosotros termina con el crecimiento personal, por más tiempo que hayamos estado en Al-Anon. Como Padrino debemos tener mucho cuidado en evitar dar consejos específicos sobre qué hacer o no hacer en una situación determinada. La idea es ayudar a otros miembros  a encontrar sus propias respuestas en su momento.

Tomado del Libro Como Ayuda Al-Anon Pag 36 - 37