miércoles, 27 de junio de 2012

Comportamiento con dignidad

Comportamiento con dignidad
Cuando reacciono ante comportamientos inaceptables o ante una situación aterradora, abandono mi dignidad. Esta es una de las cosas que me perturbaban en el pasado: yo, y el alcohólico, era la persona a la que la gente observaba y consideraba loca o mala. Poder alejarme ahora sin pasar por tonta es una gran satisfacción. Gracia a Al-Anon, hoy sé que puedo detenerme y pensar o hablar con mi madrina antes de decidir qué hacer o no hacer. La mayor parte del tiempo, cuando surgen situaciones difíciles, me recuerdo que mi objetivo final no es ganar o demostrar que tengo razón sino mantener la dignidad y enorgullecerme de saber que no tendré que reparar ningún mal a causa de mi comportamiento.

domingo, 24 de junio de 2012

Al Principio el Primer Paso parecía Fácil. Ya había intentado todo para evitar que mi madre bebiera y me había dado por vencida. También sentía que si mi vida hubiera sido gobernable, no hubiese asistido a estas reuniones. Lo difícil era aceptar que el alcoholismo era una enfermedad. Yo podía beber un par de copas y detenerme. Pensaba que ella también podría, si lo quisiera. Cuando tomé conciencia de mis comportamientos adictivos, compulsivos, comprendí el concepto de enfermedad.
Nunca se me había ocurrido que fuera adicta a las relaciones, pero cuando en Al-Anon examiné mi vida, las compulsiones se hicieron evidentes. Mi primer matrimonio había durado menos de seis años. Después de estar sola nueve años me casé nuevamente, con un hombre que bebió y fumó hasta morir de un ataque al corazón, dos años más tarde. Cuando llegue a Al-Anon hacia 4 años que estaba otra vez sola, y miraba con mojigatería a otras mujeres que necesitaban tener a un hombre a su lado. ¡Cómo me sonrojé al darme cuenta de que siempre había tenido a un hombre cerca, pero nunca el mismo durante mucho tiempo! En esa época mantenía una relación con un hombre casado, alcohólico y que trabajaba en exceso. Con la ayuda de Al-Anon terminé esa destructiva relación y decidí tomarme unos meses para conocerme a mí misma. Se sugería un año, pero supuse que no necesitaba tanto tiempo, pues era muy inteligente¡Otro error!  Han pasado cuatro años y aún intento conocerme a mí misma . Había cambiado tantas veces para amoldarme a mi circunstancial compañero que tuve que ahondar  muchísimo para descubrir mi verdadero yo bajo los comportamientos diferentes que había adoptado. Hoy estoy dispuesta a esperar que Dios elija el  próximo hombre de mi vida.
Descubrí también que puedo convertir características positivas en compulsiones. Soy una lectora compulsiva. Me aislo del mundo leyendo, lo mismo que mi madre lo evadía con el alcohol. Soy compulsivamente buena. No es una elección real y consciente sino un impulso irrefrenable, como si el no ser buena me fuera a ocasionar un inmediato desastre. Luego de Practicar el Primer Paso, a menudo me encontraba volviendo a la "compulsión de la niña buena". Todavía intentaba ser lo suficientemente buena como para merecer una madre sobria. Para modificar esta idea tan arraigada aplico diariamente el Primer Paso.

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TOMADO DEL LIBRO DE LA SUPERVIVENCIA A LA RECUPERACIÓN PAGINA 157-158

lunes, 18 de junio de 2012

Cicatrizar la heridas de la Infancia

La ambivalencia describe bien los sentimientos que experimentamos al crecer en familias afectadas por el alcoholismo. Nos sentimos ambivalentes hacia los alcohólicos, hacías los padres no alcohólicos y hacia la vida misma. En nuestra joven vida, el amor y el temor se combinaban tan íntimamente como el whisky y la soda. A veces, el temor era agudo y potente como un whisky puro; otras, el amor era tan burbujeante como la soda, pero a menudo las dos emociones se entrelazaban de un modo confuso. Manejarse en extremos emocionales, tanto en nuestro interior como el la familia, distorsionaba nuestra percepción hacerca de la verdad, la realidad, la compasión e incluso la decencia humana. Aprendimos a negar, a minimizar, a exagerar y, con el tiempo llegamos a sentirnos agraviados y a enfurecernos con la vida misma. Estábamos ajenos a las causas de nuestra confusión, lo mismo que cualquier alcohólico. A la mayoría nos llevo años- llenos de amor y apoyo que encontramos en Al-Anon poder comenzar a deshenredar las hebras de nuestra vida y entrelazaras con nuestra propia visión creativa, particular y hermosa de lo que puede ser la vida.
      Pero incluso la felicidad puede plantear problema para los hijos adultos de alcohólicos. A veces, al seguir desprendiéndonos de las capas de nuestro pasado, descubrimos que deliveradamente hemos olvidado nuestra niñez infeliz o que hemos imaginado los recuerdos gratos de la juventud. A veces, hasta la felicidad actual parece solo otra forma de negación. Después de habernos sentido deprimidos y desesperados, o exageradamente valientes, insensibles o haber vivido en un mundo de fantasía, aunque nos pueda suceder cosas buenas se cierne sobre nosotros una sombra que espera el próximo desastre. Dado que nuestras experiencias pueden haber oscilado entre emociones extremas o sentimientos anestesiados, nuestro reto en la recuperación es lograr un equilibrio en la vida y aceptar las muchas variantes de color y textura que ellas nos presenta. En vez de vivir siempre pensando en los extremos, blanco y negro, en la recuperación intentamos encontrar el arco iris dentro de nosotros.
Examinarnos interiormente es fundamental para recuperarnos de los efectos del alcoholismo ajeno, ya que si bien podemos haber experimentado dificultades y traumas en los años de formaciòn, es en realidad la reacción continua ante estas cosas lo que hoy nos perturba.  Aunque hayamos dejado el alcohólico, no escapamos de la confusión, la culpa, la inseguridad, la rabia y el temor que conocimos en la juventud. De hecho, nos sofocàbamos en nuestras propias costumbres malsanas, sin comprender que otro camino, uno espiritual, podría llenarnos de un aliento vital de esperanza, amistad y amor.

viernes, 15 de junio de 2012

UNA MADRE FIJA LIMITES

Creo que mi hijo mayor tiene problema de alcoholismo. El no se considera alcohólico, pero después de cuatro prueba para conductores ebrios, varios multas y gastos de tribunales, pérdidas repetidas de su licencia de conducir, peleas y visita a la sala de emergencia, incapacidad de conservar un empleo y breves encarcelamientos por cargos relacionados con el alcohol, sé que su alcoholismo y las consecuencias del mismo me afligen.
Hasta no hace mucho, mi hijo era soltero y vivía en casa conmigo. Esforzándome por ser una buena madre y apoyarlo, hacía todo lo posible para  rescatarlo en caso de problemas o de la cárcel. Pagaba sus multas, lo ayudaba a conseguir trabajo y le suministré transporte durante años cuando le cancelaron la licencia de conducir. En esos años nuestra casa parecía un caos total al rebotar de una crisis a otra.
Cuando vine a  Al-Anon por primera vez, mi sofocante atención en los problemas de mi hijo se hizo aún peor. Quería que mi hijo se diera cuenta de que el problema real era el alcoholismo y que buscara recuperación en AA. Lo sermoneaba constantemente sobre los programa de doce Pasos, lo invitaba a reuniones y lo acosaba con literatura que yo sabía debía leer. Asistió a un par de reuniones de AA y luego decidió que no tenía un problema de alcoholismo.
Después de Asistir a Al- Anon por casi un año, escuchando, leyendo y absorviendo la sabiduría que otros miembros compartían conmigo, comenzó a arriesgarse la idea de que la vida de mi hijo era su propia responsabilidad, Había oído los lemas "SUELTA LAS RIENDAS Y ENTREGÁRSELAS A DIOS" Y "VIVE Y DEJA VIVIR" pero, de repente, me pareció que los entendía de modo más personal y profundo. Era muy difícil usar estos lemas con mi "niño" pero lo que había hecho hasta el momento parecía que había empeorado la situación. Me preocupaba por él y por mí lo suficiente como para intentar un nuevo enfoque.
Mi programa Al-Anon me ha enseñado a concentrarme en mí mismo y a fijar límites que pueda aceptar. Nunca conocí límites antes de llegar a Al-Anon. Me da una gran libertad saber que no tengo que aceptar todo lo que otros dicen o hacen. Creo que siempre he tenido límites a nivel subconsciente; siempre tuve sentimiento de lo que era o no aceptable para mí, pero no creía tener el derecho a exteriorizar dichos sentimientos. En vez de eso me volví resentida, frustrada e irascible cada vez que se cruzaban esos límites ocultos. Me sentía como una víctima indefensa y pasaba muchas horas con "POBRE DE MI". Hoy tengo la opción de fijar límites, trazar una línea que no permitiré que se cruce. Puede que no satisfaga a todos cuando lo haga, pero, a largo plazo, creo que es el enfoque más abierto y honesto.

El Alcoholismos es una enfermedad. Nadie desea verse afectado por ella, ni el alcohólico ni sus parientes, ni nadie. Culpar Juzgar y Justificar sólo sirve para perjudicar una relación ya frágil. Nunca olvido que amo a mi hijo. Actuó por amor hoy como lo hacia cuando lo ayudaba evitar las consecuencias de sus actos. He aprendido que este tipo de ayuda no sirve de nada. Sólo permite que el alcohólico evite las consecuencias penosas de sus actos.

Hoy creo que es mucho más afectuoso facilitarle a mi hijo la dignidad de encarar las consecuencias de sus actos sin mi ingerencia.

He tenido que abandonar mi obstinación y mi necesidad tremenda de controlar lo que le ocurre a mi hijo. En lugar de ello me he visto obligada a depositar mi fe en un Poder superior, confiando en que el tendrá un plan para mi hijo.

Tomado del libro como Ayuda Al-Anon a Familiares y amigos de alcohólicos. página  249-251

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LA RECUPERACIÓN ES ESFUERZO PROPIO

miércoles, 13 de junio de 2012

ADOPCION DE DECISIONES Y CAMBIOS

El Cambio es riesgo pero a menudo llega un momento en que sabemos que debe tomarse una medida y adoptarse una decisión. Ya sea que consideremos un enfrentamiento o un juicio, busquemos terapia, abramos una cuenta corriente, encontremos o perdamos un empleo, escribamos una carta para compensar el mal, pidamos el divorcio, decidamos esperar un poco antes de adoptar una decisión particular, nos casemos o cualquier otra cosa, adoptar decisiones puede constituir un desafío.
Podemos haber tomado decisiones apresuradas, no pensadas o temerosas en el pasado. En AL-ANON muchos consideramos importante examinar los motivos así como las opciones al encarar decisiones. ¿Vemos nuestras acciones con claridad o están nuestras mentes obnubiladas por los efectos del alcoholismo de otra persona? ¿Es esta decisión una reacción a una provocación ? Al haber sido empujados, ¿estamos empujando en la dirección contraria casi por reflejo? ¿Es un esfuerzo para controlar o para imponer un castigo que nos pague por el sufrimiento? ¿Estamos tratando de hacer por otros lo que ellos deberían hacer por si mismos? ¿Nos inclinamos ante los valores u opiniones de otra gente, tratando de agradarles sin prestar atención a nuestros propios deseos u opiniones? En otras palabras, ¿Es la enfermedad del alcoholismo el motivo de esta acción, alejándonos del amor propio y de una actitud sana? O,¿está la acción motivada por un sentimiento de justicia, con la convicción sensata de que es la mejor decisión que puede tomarse en este momento y en estas circunstancias y, por ello, una decisión que surge de una mente sana? Al-Anon nunca indica que tenemos que hacer "todo bien" al adoptar decisiones. En realidad la mayoría de nosotros debe aceptar que nuestros motivos no siempre son totalmente puros. Pero se nos alienta en Al-Anon a ser lo más honesto posible en cuanto al procesos de adopción de decisiones y a hablarlo con nuestros miembros de la hermandad. Nadie puede darse el lujo de elegir el momento. Una cita en el juzgado no se posterga sólo porque no estemos inspirados y no nos presentemos. La ejecución de la hipoteca no se retrasa porque estemos emocionalmente apegados a nuestro hogar. Y si nos encontramos en una situación de peligro posible, puede ser básico  adoptar una decisión inmediata, independientemente de cómo nos sintamos acerca de nosotros mismos o de otra gente involucrada. Puede que nunca tenga las oportunidades que podría tener si estuviese escribiendo el guión, pero siempre tengo alternativas. Como lo dice la Oración de la Serenidad, podemos aceptar las cosas que no podemos cambiar y cambiar las que podemos, un día a la vez. En especial podemos empezar a cambiar nuestras actitudes.
No hay fórmula para decidir cuándo y cómo actuar. lo debemos decidir nosotros. Ninguna otra persona puede difundir el papel que nos corresponde en la relación singular que entablamos con nuestro Poder Superior. Si hemos entregado nuestra voluntad y nuestras vidas a ese poder Superior, las decisiones que tomemos serán útiles para nuestro crecimiento. Si no estamos seguros, podemos pedir orientación otra vez. Y Luego nos corresponde a nosotros permanecer en silencio para escuchar las respuestas que recibamos, confiando en que un Poder superior a nosotros guié nuestros sentimientos, pensamientos y acciones.

Tomado de las Pag 157 158 159 Sacando provecho de las crisis
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EL SARCASMO

Tenía siempre la costumbre de usar un humor sarcástico para protegerme de los inevitables ataques de los alcohólicos en mi hogar. Me convertí en maestro en el arte de golpear a la gente con palabras amargas y despedazarlas con desprecio. Pensaba que esto ocultaba mi dolor y le demostraba a la gente que no podía herirme. También usaba el humor como instrumento de manipulación para que la gente me quisiera. Mis comentarios ingeniosos eran cuidadosamente planificados. Mis sentido del humor no era espontáneo ni apropiado. Lo usaba para agradar a los demás. Sin embargo, cuando no había nadie a quien agradar, me sentía infeliz y me odiaba a mí mismo.
En Al-Anon aprendí que si deseaba alcanzar la serenidad tenía que examinar ciertos aspectos de mi persona y llevar a cabo algunos cambios. Para ello usé estas tres palabras conciencia, aceptación y acción. Primero tomé conciencia de que mi sentido del humor cuando lo utilizo como arma de defensa, es un defecto de carácter que contribuye al desorden de mi vida. Luego, acepté que mi carácter sarcástico no era en realidad mi verdadera naturaleza; era una defensa creada para sobrevivir en un medio alcohólico. Finalmente, pasé a la acción pidiéndole a Dios que eliminará esta deficiencia y me revelara la parte que a mí me correspondía para lograrlo.
Hoy mi sentido del humor es un reflejo natural de quien soy. Experimento el mundo a través de sonrisas y risas en lugar de con amargura. Comparto alegrías con los demás en lugar de encontrar compañía para mi infelicidad. Ayudo al prójimo a sanar en lugar de atacarlo. Permito que mi sentido del humor se desarrolle con naturalidad, como debe ser y observo los resultados maravillosos a medida que mi Poder superior actúa a través de mí para alcanzar un mayor bienestar.
Pag.  97 Esperanza para Hoy
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lunes, 4 de junio de 2012

DESPRENDERSE CON AMOR

Si pudiera señalar la noción más útil aprendida desde mi llegada a Al-Anon, debería ser el concepto de desprendimiento emocional. Por supuesto, cuando la alcohólica de mi vida y yo estábamos  en las garras de su alcoholismo activo irrefrenable y yo sólo de sus efectos, nunca habría considerado el desprendimiento emocional como un criterio factible en mi vida personal. En esa época, poco a poco me separé de familiares, amigos y aún de la realidad. Todo se tomó menos y menos importante, menos parte de mí, lo que me dio más tiempo para obsesionarme con ese "algo" misterioso e indefinido que nos incomoda tanto. Quizas haya sido una especie de desprendimiento, pero no era desprendimiento con cordura y con amor.
En cuanto a la alcohólica, no podia aislarme de ella ni dejarla, ni siquiera dejarla sola, ¿No era acaso mi deber, mi obligación quedarme con ella, dirigirla y guiarla ( lo que se conoce de otra manera como tratar de controlarla)? Por Cierto, la "Sociedad" no solo perdona tales esfuerzos, sino que estoy seguro de que los espera. Después de todo, un marido debe hacer todo lo posible para ayudar a su esposa.
Recuerdo que pensaba que cuanto más pudiera "proteger" a la alcohólica de las vicisitudes de la vida, mejor podría ella encararlas (y así no beber tanto).Ya que, según podía ver, casi cualquier cosa  era capaz de hacerla beber, intentaba cubrirla con un escudo para que el mundo no pudiera entrar. Recuerdo imaginarmela dentro de un capullo. Bien podría a ver deseado verla en estado vegetativo sin necesidad de palabras, acciones o pensamientos positivos.  De algún modo me había convencido de que esto podría ser útil en realidad.
A instancia de un terapeuta muy experimentado, mi esposa y yo comenzamos la recuperación al mismo tiempo, ella en AA y yo en Al-Anon. Durante sus primeros días en casa después de la rehabilitación yo estaba tan decidido a no decir o hacer nada que pudiera disgustaría por temor a que bebiera que no hacia o decía casi nada. Pensaba: "Si digo tal o cual cosa, ella va a creer esto y aquello y entonces beberá." Esta situación era incomoda para los dos. Controlaba y no producía, y no estoy seguro de que  fuera bien intencionada, porque mi objetivo principal era impedir que bebiera en lugar de permitirle resolver sus problemas mientras yo resolvía los mios. Pero, al recordar sospecho que fue mi primer intento de desprenderme, o por lo menos evitar gobernar activamente su vida, Fueron días difícil para los dos pero, pese a mis tropiezos y deslices, comencé  con lentitud a  aprender los principios de Al-Anon y hasta poner en practicas unos pocos.
No obstante, el desprendimiento emocional me eludía. Era tan arduo admitir soltar las riendas, tan arduo renunciar a viejos hábito, tan arduo  admitir que no sabía lo que era mejor para otra persona. El hecho de haber tratado durante años de  controlar la vida de mi esposa y de haber fracasado nunca me hizo dejar de pensar que esta vez seria distinto, si sólo pudiera hacer otro intento. La palabra "rendirse", si bien no me era extraña, por cierto tenía un tono negativo

Pag 238-239 Como Ayuda Al-Anon a Familiares y Amigos

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domingo, 3 de junio de 2012

"Esto también pasará"

Antes de llegar a Al-Anon, en ocasiones tomaba decisiones originadas en mi reacción ante emociones irritantes como la confusión, la ira y el temor, ninguna de ellas es una buena base para decidir nada. Reaccionaba y mi vida se volvía totalmente ingobernable.
Al-Anon me demostró cómo responder de modo adecuado a mis emociones. En lo que respecta mi manera de reaccionar, aprendí a analizar primero mis sentimientos para poder analizar con calma una situación. Cuando experimento emociones intensas llamo a mi Madrina  para compartir mis problemas y aliviar mis sentimientos. Algunas veces escribo en mi diario o hago ejercicios, por ejemplo, nadar. La oración y la meditación también me ayudan a calmarme y a adquirir una perspectiva apropiada. Cuando deseo tomar medidas drástica, me pregunto "¿Cuán Importante es? " ¿Es el comportamiento que me propongo adoptar comparable con el problema? Con frecuencia no lo es. Cada uno de esos instrumentos me ayudan  a ganar el tiempo y espacio necesarios para desenredar el hilo del intelecto y las emociones. Luego puedo actuar en vez de reaccionar impulsivamente.
Siempre ayuda recordar que mejorar no siempre quiere decir sentirse mejor. Cuando debo experimentar el dolor para deshacerme de él, recuerdo. "Esto también pasará" Me digo que de la misma manera que pensar en algo no lo convierte en realidad, sentir algo tampoco lo hace real. Mi vida va a funcionar según la voluntad de Dios, independientemente de cómo me sienta, así que, ¿Para qué manipular las situaciones con el fin de evitar lo inevitable: las emociones humanas? Tal comportamiento sólo crea más dolor y yo estoy segura de  que ¡no quiero más de eso!
Pensamiento del Día
¿Utilizo mis sentimientos o dejo que ellos me utilicen?

"La verdadera naturaleza de mi problema era mi negativa tenaz a reconocer sentimientos, a aceptarlos y a dejarlos marchar"

Pag 227 de Esperanza para Hoy

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