miércoles, 26 de septiembre de 2012

CONFIANDO EN UN PODER SUPERIOR

Las experiencias sexuales de mi adolescencia con otros chicos del barrio me persiguieron durante años. Había aprendido muy poco sobre intimidad con mis padres alcohólicos. No sabía cómo expresar amor y mucho menos aceptar mis sentimientos y deseos sexuales. Había sido un buen alumno en la escuela, hecho cuatro años de servicio militar y estaba casado y era competente y respetado, pero aun me sentía un extraño hasta que llegué a AL-ANON.
Los sentimientos de culpa y temor por mis deseos sexuales pueden todavía mantenerme lejos de otra gente . Siempre estoy en guardia, evito situaciones en las cuales la gente puede llegar a conocerme, aun con mi esposa. Veo que hay una compulsión en mis sentimientos sexuales que no puedo controlar. Al-Anon me ha enseñado que, en lugar de tratar de controlar lo incontrolable, debo confiar en mi Poder Superior para poder "Soltar las Riendas y entregárselas a dios".No quiero decir que cerraré los ojos y se habrá resuelto el problema.  Quiero decir que hoy, con la ayuda de los pasos, cuento con una mejor manera de encarar mis problemas que antes. Aprendo con lentitud a aceptar estos sentimientos tal como son; no me convierten en una mala persona y puedo obtener ayuda para este problema también.

lunes, 17 de septiembre de 2012

LIBRE PARA ADOPTAR DECISIONES

Al-Anon ha sido sinónimo de libertad para mi. Rompió cadenas que me engrillaban, cadenas colocadas por la convivencia con alguien que sufre la enfermedad del alcoholismo, cadenas con eslabones hechos con las normas y opiniones de otra gente, con viejas culpas y viejos resentimientos. Uno a uno se fueron rompiendo o se están rompiendo en Al-Anon, y cada vez soy más libre. Cuando tomo conciencia de la libertad en un ámbito determinado y puedo adoptar decisiones que nunca pensé fueran posibles en el pasado, me doy cuenta en general de que podía haber gozado antes de esa libertad si simplemente la hubiera tomado.
Este hecho se me hizo evidente un día en que mi marido y yo fuimos a alimentar el perro de un amigo que estaba de viaje. El perro es un pastor alemán grande y esta en un patio rodeado de una verja de cuatro pies de altura. Cuando era cachorro, intentaba saltar la verja y se daba cuenta de que no podía; y nunca ha aprendido que, con el paso de los años, podría ahora saltarla con facilidad. Aun cree que está confinado por algo más grande de lo que puede encarar. Está confinado por sus propias percepciones.

TOMADO DEL LIBRO SACANDO PROVECHO DE LAS CRISIS PAGINAS 175-176

lunes, 10 de septiembre de 2012

¿CUAN IMPORTANTE ES?

Sufría una necesidad compulsiva de ser perfecta que había desarrollado al criarme con una madre alcohólica. Pensaba que intentar ser perfecta era mi mejor defensa contra su ira. No había manera de saber lo que iba a perturbar a mi madre, y yo creía que portándome perfectamente y teniendo logros me protegería de sus reacciones peligrosas.
Una amiga, que a menudo es testigo de mi costumbre destructiva de autocriticarme, me contó acerca de un error que cometió una mañana. En lugar de verter jugo de naranja en un vaso lo hizo en el café pensando que era crema. Sabía que si yo hubiese cometido el mismo error, no habría desaprovechado la oportunidad de ridiculizarme a mi misma debido a mi imperfección, y tenía razón. Me sentí perpleja ante la poca importancia que ella daba a su error. Envidié su capacidad de simplemente vaciar la taza de café y jugo y empezar otra vez. ¿Cómo podía tomar a la ligera este incidente con tanta facilidad? No tenía idea de cómo poder tratarme a mí misma de esta manera tan suave e indulgente.
En especial hay un instrumento de Al-Anon que me demostró cómo aplicar las experiencias de la historia de mi amiga a mi propia vida. Al escuchar y repetir varias veces este lema "¿Cuán importante es? Me ayudó a integrar esta cuestión en mi vida cotidiana.  Al final comprendí que verter jugo de naranja en el café no era nada grave. Aprendí a diferenciar los comportamientos que conllevan a consecuencias que merecen una atención seria de las que no tienen. Llegué a entender que las acciones se relacionan con la responsabilidad, no con un juicio. He aprendido ahora a tratarme bien a mí misma y a los demás.

PENSAMIENTO DEL DÍA
Cuál es el barómetro para decidir ¿ Cuán importante es?
Pag 267 de Esperanza para Hoy 
SIGAMOS VINIENDO QUE JUNTOS PODEMOS Y SI FUNCIONA SI FUNCIONA.........

jueves, 6 de septiembre de 2012

¡Así que era eso!

Fui concebida, nací y crecí en un hogar afectado por la enfermedad del alcoholismo. Al crecer me casé, concebí y crié cinco hijos en mi hogar, que también sufren por la enfermedad del alcoholismo. No supe la primera parte hasta hace muy poco.
Llegué a Al-Anon hace cinco años y medio, por la gracia de Dios, pues estaba desesperada y lista para que me internaran en un manicomio. Me tomó mucho tiempo y muchas reuniones, pero cada día me sentía menos mareada, a  medida que mi presión arterial (que había estado altísima) comezó a normalizarse. Sabía por experiencia  personal que convivir con el alcoholismo puede enfermarte físicamente.
La mención de que el alcoholismo es una enfermedad familiar era un tema que me hacía sentir mal. Me ponía furiosa con mi marido por hacerme parte de la enfermedad y condenarme a vivir un futuro sombrío.
El camino de Al-Anon es lento pero seguro. Hace  unos  meses cayó en mis manos un folleto para hijos adultos  de alcohólicos.  !Lo leí y entonces comprendí¡ Nunca había relacionado la clase de vida que llevábamos - llena de conflictos, celos, rabia, inmadurez, soledad y mentiras - con el alcoholismo de mi padre.
Hoy, que ya es un anciano, necesita consumir alcohol para tomar un avión, para divertirse en una fiesta y  hasta para comer. Lo necesita diariamente para mitigar su desesperación interior. Mi madre niega su alcoholismo y hay muy poco respeto, privacidad o  gentileza en su casa.
Hace veinte años me casé con un joven bien parecido, trabajador y que estaba lo suficientemente  desesperado como para necesitar un trago para poder pasar un buen rato. Me doy cuenta de que a veces aborrezco ciertos comportamientos de mi esposo sólo porque mi madre o padre solían hacer lo mismo cuando era pequeña. Él también es hijo de padres alcohólico y puedo ver qué injusta es mi intolerancia.
Ya no me incomoda cuando se menciona la enfermedad familiar. Comprendo que mi esposo no me contagió la enfermedad. Ya estaba afectada cuando lo conocí y me casé con él, eligiendo una pauta de vida familiar. Pude quitarme un gran peso de encima aceptando la verdad de mi familia de origen.

Tomado del Libro de la Supervivencia a la Recuperación PAG 189-190
SIGAMOS VINIENDO QUE JUNTOS PODEMOS Y SI FUNCIONA SI FUNCIONA......
RECUERDEN QUE LA RECUPERACIÓN SOLO ES ESFUERZO PROPIO.

sábado, 1 de septiembre de 2012

VIVIENDO UNA VIDA PLENA

El rechazo sexual de mi marido hacia mí ha sido el problema más agobiante de mi matrimonio. Mi marido se interesa en la relación sexual un par de noches y luego durante semanas, meses, o hasta un año, no siente ningún deseo sexual. Me ha explicado muchas veces que su falta de impulso sexual no tiene nada que ver conmigo y que yo sigo siéndole atractiva. Su problema es un síntoma de su alcoholismo y depresión. Pero me ha resultado difícil aceptarlo y, a lo largo de nuestros seis años de casados, he sido muy estricta conmigo misma.
Al-Anon me ha enseñado a realizarme de la manera más completa posible en todas las otras esferas de mi vida. Encuentro satisfacción  en mis amistades, mi empleo, la relación con mi Poder Superior, mis trabajos manuales y mi música.
Estoy aceptando las cosas que no puedo cambiar, como lo indica la Oración de  la Serenidad. él tiene  un problema. Mi deseo de una relación sexual es normal; yo estoy bien y está bien sentirse frustrada sobre ello. Cuando la frustración comienza a dominar mis pensamientos, trato de cambiar las cosas que puedo. En forma deliberada me dedico a alguna actividad que me ayude a cambiar eso y a hacerme sentir feliz de estar viva: asistir a reuniones Al-Anon, hacer compras, leer un buen libro, patinar con un amigo. También le dedico mucho tiempo y energía a ayudar a otros mediante la labor de servicio de Al-Ano. No recurro a estas actividades con el objeto de obstruir mis sentimientos o simular que no hay problema. Aceptar la realidad incluye que si no hago algo me deprimo y me vuelvo insoportable para mi marido y, aun más importante, para mí misma. En consecuencia duermo mucho. Puedo manejar mis emociones mejor cuando estoy descansada. Me ocupo de mí misma físicamente, me visto bien, hago ejercicio y me alimento correctamente.
Yo trato de imaginarme por qué él es así. Seguir analizando el problema es un derroche de tiempo valioso y se convierte en una buena excusa para compadecerme de mí misma.
Nuestra relación sexual es sólo una parte de mi vida. No quiero decir que sea una situación fácil de aceptar pero mis nuevas actitudes y acciones pueden facilitarla muchísimo.

Tomado del libro SACANDO PROVECHO DE LAS CRISIS PAG 145-146