sábado, 1 de septiembre de 2012

VIVIENDO UNA VIDA PLENA

El rechazo sexual de mi marido hacia mí ha sido el problema más agobiante de mi matrimonio. Mi marido se interesa en la relación sexual un par de noches y luego durante semanas, meses, o hasta un año, no siente ningún deseo sexual. Me ha explicado muchas veces que su falta de impulso sexual no tiene nada que ver conmigo y que yo sigo siéndole atractiva. Su problema es un síntoma de su alcoholismo y depresión. Pero me ha resultado difícil aceptarlo y, a lo largo de nuestros seis años de casados, he sido muy estricta conmigo misma.
Al-Anon me ha enseñado a realizarme de la manera más completa posible en todas las otras esferas de mi vida. Encuentro satisfacción  en mis amistades, mi empleo, la relación con mi Poder Superior, mis trabajos manuales y mi música.
Estoy aceptando las cosas que no puedo cambiar, como lo indica la Oración de  la Serenidad. él tiene  un problema. Mi deseo de una relación sexual es normal; yo estoy bien y está bien sentirse frustrada sobre ello. Cuando la frustración comienza a dominar mis pensamientos, trato de cambiar las cosas que puedo. En forma deliberada me dedico a alguna actividad que me ayude a cambiar eso y a hacerme sentir feliz de estar viva: asistir a reuniones Al-Anon, hacer compras, leer un buen libro, patinar con un amigo. También le dedico mucho tiempo y energía a ayudar a otros mediante la labor de servicio de Al-Ano. No recurro a estas actividades con el objeto de obstruir mis sentimientos o simular que no hay problema. Aceptar la realidad incluye que si no hago algo me deprimo y me vuelvo insoportable para mi marido y, aun más importante, para mí misma. En consecuencia duermo mucho. Puedo manejar mis emociones mejor cuando estoy descansada. Me ocupo de mí misma físicamente, me visto bien, hago ejercicio y me alimento correctamente.
Yo trato de imaginarme por qué él es así. Seguir analizando el problema es un derroche de tiempo valioso y se convierte en una buena excusa para compadecerme de mí misma.
Nuestra relación sexual es sólo una parte de mi vida. No quiero decir que sea una situación fácil de aceptar pero mis nuevas actitudes y acciones pueden facilitarla muchísimo.

Tomado del libro SACANDO PROVECHO DE LAS CRISIS PAG 145-146

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