Después de un tiempo en Al-Anon me echaron del trabajo. En mi familia
alcohólica me habían enseñado a aceptar cualquier oferta de trabajo que
se presentaran o buscar trabajo orientados hacia mis fantasías poco
realistas (empleos para los que no estaba preparado o para los que no
tenía la pericia necesaria). Pero Al-Anon me ayudó a aprender que es más importante saber cuáles son en realidad mis. necesidades. Puedo ser realista en cuanto a mis necesidades financieras. Quizás no necesite tanto dinero como corresponde al valor que creo tener, ni tan poco como solía ganar. Mis
necesidades emocionales incluyen poder hablar, así que era importante
encontrar un empleo en el cual pudiera comunicarme con otra gente. Las necesidades espirituales incluyen un medio de trabajo que
sea tranquilo, cálido, amable y gentil, donde pueda expresar mis
sentimientos abierta y libremente cuando corresponda, donde pueda estar
con gente que me permita ser lo que soy. Hoy
el valor de mi persona no se basa en la capacidad de otras personas de
satisfacer mis necesidades sino en mi capacidad de pedir que se
satisfagan dichas necesidades.
Una vez que supe cual eran mis necesidades,
apliqué los primeros tres pasos. Reconocí mi incapacidad: la antigua
manera de buscar trabajo hizo ingobernable mi vida y tenía que encontrar
algo nuevo. Tuve que adquirir el valor para
compartir en reuniones Al-Anon con gente que me conocía desde hacía años
y sabía que estaba desempleada otra vez; de otra manera no lo hacía
realidad. Ya creía, así que todas las mañanas me
levantaba y decía: "Estoy dispuesto a trabajar hoy, Dios. Si es tu
voluntad por favor, dime dónde".
En el pasado, al buscar trabajo, fui a muchas
entrevistas pero, esta vez, sólo me pidieron que dejara solicitudes, lo
que me asustó, pero mi padrino me recordó que había pedido que las cosas
se hicieran de manera diferente. Así que continué
ocupándome de los requisistos básicos para empleos que parecían
satisfacer mis necesidades, entendiendo que con o sin entrevista, aun me
querían, y era la misma persona amante que había pedido una orientación
esa mañana.
Llegó un momento, varios meses después, en que me
sentí frustrado e incapaz y dejé el Tercer Paso. Debido a presiones
financieras, decidí que debía hacer algo hoy. Mi poder superior me
respondió dandome oportunidades de atender mis necesidades financieras
de forma temporaria pero no a mis necesidades emocionales y espirituales
que son a más largo plazo. Una vez de que me dí
cuenta de que no me iban a abandonar, volví a la costumbre de aplicar el
tercer paso todos los días, pero a un nivel de aceptación mucho mayor.
La semana siguiente tuve 4 ó 5 entrevistas. Mi
antiguo comportamiento en entrevistas de trabajo era mentir sobre mi
educación, mi diligencia en el empleo anterior, mi pericia en otras
palabras, decir que si a todo lo que a menudo me lleva a un empleo para
el que no estaba preparado estaba demasiado preparado y me sentía
culpable. Así como había actuado en el hogar
alcohólico, me encontraba manejando, justificando una mentira con otra,
tratando de ser lo más general posible, y al mismo tiempo diciendo lo
que la gente encargada deseaba escuchar.
El viejo método ya no funcionaba. Mi nuevo
comportamiento, aprendido al aplicar el programa Al-Anon, es realizar el
trabajo básico, decir la verdad y no ocuparme de los resultados.
Las entrevistas tuvieron como resultados 3 ofertas
de trabajo. Dos de ellas eran el tipo de trabajo que había hecho con
anterioridad y que no satisfacían mis necesidades financieras
emocionales o espirituales, pero la tercera si. Después de hablarlo con mis amigos de Al-Anon, acepté el tercer empleo.
El hecho de haber tomado este empleo no significa que se haya terminado
el proceso. Todavía tengo que hablar sobre los tres primeros pasos,
preguntar cuales son mis opciones, debatir mis necesidades con mi Poder
Superior y otros, y aceptar los resultados al permitir hacer conocer
mis necesidades.
Tomado del libro Sacando provecho de las crisis.
Paginas 193-195
SIGAMOS VINIENDO QUE JUNTOS PODEMOS Y SI FUNCIONA SI FUNCIONA.............
domingo, 25 de noviembre de 2012
viernes, 9 de noviembre de 2012
Compensandome
Creo que la palabra compensación significa reparar relaciones. También
pienso en curarme a mí misma en sentimientos heridos, en liberar mi
propia conciencia. En una Época pensaba que reparar el mal causado era
disculparse, pero mi criaron disculpandome ya sea voluntariamente o no.
Hoy considero la disculpa como un método de reparar el mal causado. No
es un castigo para mí. Mi experiencia en Al-Anon ha confirmado que el
arrepentimiento no debe ser necesariamente penoso o desagradable.
Este es un paso para mi paz de Espíritu. Si otros reciben satisfacción de mi compensación, magnifico. Reparar el mal no depende del perdón de nadie; debo perdonarme a mí misma para compensar el mal causado, pero descubrí que eso sólo agregaba un mal mayor al que ya me había infligido.
Este es un paso para mi paz de Espíritu. Si otros reciben satisfacción de mi compensación, magnifico. Reparar el mal no depende del perdón de nadie; debo perdonarme a mí misma para compensar el mal causado, pero descubrí que eso sólo agregaba un mal mayor al que ya me había infligido.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)