viernes, 15 de junio de 2012

UNA MADRE FIJA LIMITES

Creo que mi hijo mayor tiene problema de alcoholismo. El no se considera alcohólico, pero después de cuatro prueba para conductores ebrios, varios multas y gastos de tribunales, pérdidas repetidas de su licencia de conducir, peleas y visita a la sala de emergencia, incapacidad de conservar un empleo y breves encarcelamientos por cargos relacionados con el alcohol, sé que su alcoholismo y las consecuencias del mismo me afligen.
Hasta no hace mucho, mi hijo era soltero y vivía en casa conmigo. Esforzándome por ser una buena madre y apoyarlo, hacía todo lo posible para  rescatarlo en caso de problemas o de la cárcel. Pagaba sus multas, lo ayudaba a conseguir trabajo y le suministré transporte durante años cuando le cancelaron la licencia de conducir. En esos años nuestra casa parecía un caos total al rebotar de una crisis a otra.
Cuando vine a  Al-Anon por primera vez, mi sofocante atención en los problemas de mi hijo se hizo aún peor. Quería que mi hijo se diera cuenta de que el problema real era el alcoholismo y que buscara recuperación en AA. Lo sermoneaba constantemente sobre los programa de doce Pasos, lo invitaba a reuniones y lo acosaba con literatura que yo sabía debía leer. Asistió a un par de reuniones de AA y luego decidió que no tenía un problema de alcoholismo.
Después de Asistir a Al- Anon por casi un año, escuchando, leyendo y absorviendo la sabiduría que otros miembros compartían conmigo, comenzó a arriesgarse la idea de que la vida de mi hijo era su propia responsabilidad, Había oído los lemas "SUELTA LAS RIENDAS Y ENTREGÁRSELAS A DIOS" Y "VIVE Y DEJA VIVIR" pero, de repente, me pareció que los entendía de modo más personal y profundo. Era muy difícil usar estos lemas con mi "niño" pero lo que había hecho hasta el momento parecía que había empeorado la situación. Me preocupaba por él y por mí lo suficiente como para intentar un nuevo enfoque.
Mi programa Al-Anon me ha enseñado a concentrarme en mí mismo y a fijar límites que pueda aceptar. Nunca conocí límites antes de llegar a Al-Anon. Me da una gran libertad saber que no tengo que aceptar todo lo que otros dicen o hacen. Creo que siempre he tenido límites a nivel subconsciente; siempre tuve sentimiento de lo que era o no aceptable para mí, pero no creía tener el derecho a exteriorizar dichos sentimientos. En vez de eso me volví resentida, frustrada e irascible cada vez que se cruzaban esos límites ocultos. Me sentía como una víctima indefensa y pasaba muchas horas con "POBRE DE MI". Hoy tengo la opción de fijar límites, trazar una línea que no permitiré que se cruce. Puede que no satisfaga a todos cuando lo haga, pero, a largo plazo, creo que es el enfoque más abierto y honesto.

El Alcoholismos es una enfermedad. Nadie desea verse afectado por ella, ni el alcohólico ni sus parientes, ni nadie. Culpar Juzgar y Justificar sólo sirve para perjudicar una relación ya frágil. Nunca olvido que amo a mi hijo. Actuó por amor hoy como lo hacia cuando lo ayudaba evitar las consecuencias de sus actos. He aprendido que este tipo de ayuda no sirve de nada. Sólo permite que el alcohólico evite las consecuencias penosas de sus actos.

Hoy creo que es mucho más afectuoso facilitarle a mi hijo la dignidad de encarar las consecuencias de sus actos sin mi ingerencia.

He tenido que abandonar mi obstinación y mi necesidad tremenda de controlar lo que le ocurre a mi hijo. En lugar de ello me he visto obligada a depositar mi fe en un Poder superior, confiando en que el tendrá un plan para mi hijo.

Tomado del libro como Ayuda Al-Anon a Familiares y amigos de alcohólicos. página  249-251

SIGAMOS VINIENDO QUE JUNTOS PODEMOS Y SI FUNCIONA SI FUNCIONA

LA RECUPERACIÓN ES ESFUERZO PROPIO

1 comentario: