Cuidándonos a nosotros mismos
Lo último que pensamos en medio de una crisis puede ser ocuparnos muy bien de nosotros mismos pero ello constituye nuestra mejor garantía para encarar cualquier cosa que pueda ocurrir. Es muy fácil saltarse la comida o atiborrarse de mala comida o arreglárselas con poco sueño. Nos sentimos demasiado ocupados para ir al baño, mucho más para meditar; estamos demasiado ocupados para una reunión o para dedicarnos 5 minutos a nosotros mismos. Podemos esperar una eternidad para estar de humor para hacer ejercicio físico o para encontrar la inspiración para orar. El Alcoholismo es una enfermedad de tres aspectos: espiritual, emocional y físico, no sólo para el alcohólico sino también para aquéllos afectados por el alcoholismo de otra persona. Cuando las circunstancia nos lleva a pasar por alto nuestras necesidades espirituales, emocionales o físicas, invitamos a la enfermedad a que asuma el control. Al actuar como si nuestras necesidades fueran insignificantes, nos enseñamos con sutileza que nosotros somos insignificantes. Por eso mucho de nosotros descubrimos que es de suma importancia ser diligentes en el cuidado de nosotros mismos, especialmente durante los periodos de tensión. Nadie puede hacerlo por nosotros.
Ocuparnos de nosotros mismos puede significar fijar metas realistas y planes factibles. Puede resultarnos fácil lograr 10 objetivos en un día, mientras que levantarse de la cama podría requerir nuestros mejores esfuerzos otro día. Debemos ser flexibles y entender que no somos máquinas. A algunos nos puede resultar útil definir expectativas claras sobre actividades que llevaremos a cabo un día, garantizando que cuando hayamos alcanzado dicho objetivo, nos detendremos. Podemos decidir que lo pasado es suficiente.
A través de estas acciones afirmamos que somos importantes y que merecemos salud, amor y respeto por nosotros mismos, independientemente de lo que ocurra en nuestra vidas. Esto puede permitirnos conocer y aplicar la voluntad de nuestro Poder Superior.
Pag. 143 -143 Sacando provecho de las crisis.
Lo último que pensamos en medio de una crisis puede ser ocuparnos muy bien de nosotros mismos pero ello constituye nuestra mejor garantía para encarar cualquier cosa que pueda ocurrir. Es muy fácil saltarse la comida o atiborrarse de mala comida o arreglárselas con poco sueño. Nos sentimos demasiado ocupados para ir al baño, mucho más para meditar; estamos demasiado ocupados para una reunión o para dedicarnos 5 minutos a nosotros mismos. Podemos esperar una eternidad para estar de humor para hacer ejercicio físico o para encontrar la inspiración para orar. El Alcoholismo es una enfermedad de tres aspectos: espiritual, emocional y físico, no sólo para el alcohólico sino también para aquéllos afectados por el alcoholismo de otra persona. Cuando las circunstancia nos lleva a pasar por alto nuestras necesidades espirituales, emocionales o físicas, invitamos a la enfermedad a que asuma el control. Al actuar como si nuestras necesidades fueran insignificantes, nos enseñamos con sutileza que nosotros somos insignificantes. Por eso mucho de nosotros descubrimos que es de suma importancia ser diligentes en el cuidado de nosotros mismos, especialmente durante los periodos de tensión. Nadie puede hacerlo por nosotros.
Ocuparnos de nosotros mismos puede significar fijar metas realistas y planes factibles. Puede resultarnos fácil lograr 10 objetivos en un día, mientras que levantarse de la cama podría requerir nuestros mejores esfuerzos otro día. Debemos ser flexibles y entender que no somos máquinas. A algunos nos puede resultar útil definir expectativas claras sobre actividades que llevaremos a cabo un día, garantizando que cuando hayamos alcanzado dicho objetivo, nos detendremos. Podemos decidir que lo pasado es suficiente.
A través de estas acciones afirmamos que somos importantes y que merecemos salud, amor y respeto por nosotros mismos, independientemente de lo que ocurra en nuestra vidas. Esto puede permitirnos conocer y aplicar la voluntad de nuestro Poder Superior.
Pag. 143 -143 Sacando provecho de las crisis.
RECUPERACION / ESFUERZO PROPIO
Gracias por la dedicacion y el servicio generoso. Trabajar el programa al maximo y llevar el mensaje a todos es la mejor señal que le recuperacion es posible con esfuerzo y contancia. Personalmente yo agradezco mucho a Dios el ser parte de una hermandad que nunca me deja sola y que constantemente me recuerda que hay un camino a seguir para la libertad espiritual. Gracias por el amor constante que me dan de la manera mas genuina y pura, ese que se da sin esperar nada a cambio.
ResponderEliminar