El Cambio sano representa una amenaza. Cuando adoptamos decisiones en
nuestro propio nombre, cuando pasamos por alto la insistente voz de la
enfermedad que dice ¡No crees Problemas!, cuando dejamos cuestiones
urgentes durante una hora para dedicárselas a ocuparnos de nosotros
mismos, cuando optamos por dar un paso atrás y le permitimos al ser
querido avanzar hacia una crisis sin interferencia nuestra o cuando
interrumpimos una antigua pauta de comportamiento que ya no funciona, perturbamos la atmósfera estática en la cual florece con facilidad esta enfermedad de la familia. Como
el antiséptico en una herida abierta, podemos sentir ardor durante un
rato después de tomar la decisión. Algunos nos encontramos llenos de
dudas aunque estábamos segurísimos de nuestra decisión, algunos nos
obsesionamos por los resultados de las decisiones tomadas,
preguntándonos lo que pensarán los demás, otros nos sentimos agotados,
deprimidos, inseguros o simplemente desdichados.
Cuando reconocemos los riesgo que hemos corrido al adoptar una decisión y
el progreso realizado, Nuestro amor propio recibe un fuerte impulso. Ya
sea que hayamos encarado un temor, hecho una llamada telefónica difícil
o iniciado un esfuerzo de envergadura para cambiar nuestras vidas, cada
vez que logramos lo que nos proponemos, nos corresponde celebrar
nuestras victorias, aun las más pequeñas. Recordemos practicar la
gratitud. Cuando la confianza en nosotros mismos y en nuestro Poder
Superior vacila, los triunfos pequeños pueden fortalecer nuestra fe.
Tomado del Libro Sacando Provedho de las Crisis Pagina 185-186
SIGAMOS VINIENDO QUE JUNTOS PODEMOS Y SI FUNCIONA SI FUNCIONA ..........
Y RECUERDA QUE LA RECUPERACION ES ESFUERZO PROPIO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario