lunes, 21 de julio de 2014

Duodécimo Paso

Ahora que estoy en contacto con mi intuición, no me reprimo tanto como antes. En Al-Anon he aprendido que cuando presiento que algo está bien, puedo confiar en que es lo correcto.
Hago trabajo de dactilografía en casa y hace poco escribí a máquina la historia familiar de una señora mayor de edad. Como era un trabajo de 500 páginas, trabajamos juntas durante varios meses. Era un proyecto precioso y me encariñé con ella. Cuando terminamos el proyecto y nos despedimos, me acerqué a ella espontáneamente y la abracé.
Sin embargo, ella se puso tensa  y no me devolvió el abrazo. Me invadió el temor y me eché hacia atrás. Nos despedimos después de unas pocas palabras.  Después de este incidente, me pregunté que había sucedido. Estaba segura de que sin saberlo había traspasado un limite invisible. Era un sentimiento terrible.
Más tarde, la cliente regresó para darme algo. Durante la visita, compartió conmigo, todo lo que había significado para ella ese abrazo. Dijo que se había sentido tan bien que había comenzado a abrazar a los demás. Hasta le había empezado a pedir a su marido, hijos y nietos que la abrazaran.
Me quede atónita ante la manera distinta en que las dos habíamos percibido la misma situación.  Mi Madrina me explicó que cuanto más sanara yo, más me convertiría en mensajera del programa y que Dios elegiría el mensaje. ¡Quién hubiera dicho que me usarían de manera tan agradable para difundir un poco de la calidez del programa!.
 
Pensamiento del Día.
 
Hay tantas maneras de aplicar el Duodécimo Paso como estrellas en el Cielo,
 
"Los que hemos vividos con angustia durante tanto tiempo hemos descubierto una manera de vivir con serenidad, un día a la vez, y nuestra  mayor alegría es compartir esta forma de vida con los demás"

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