martes, 2 de julio de 2013

LA ACEPTACION ME BRINDO PAZ

Poco a poco, al admitir que existen sentimientos y acontecimientos desagradables y al permitirme experimentarlos y aceptarlos, la paz va llegando. Para mí, aceptación no representa simular felicidad para todos los hechos de la vida.
Aceptación significa que reconozco la realidad tal como es y acepto mis sentimientos de perdida o frustración y mis humanas limitaciones. No controlo la realidad. Tampoco controlo la forma en que percibo la realidad, que a veces es indudablemente violenta, pero sí controlo cómo decido actuar sobre mis sentimientos respecto de esa realidad. Elijo mi comportamiento y mis actitudes, y ese conocimiento me ha dado una paz más profunda de la que solía tener.
Al practicar la aceptación, me he abierto camino a través de grandes y pequeñas crisis ¿Qué clase de cosas he aceptado que no puedo cambiar, controlar o hacer desaparecer? mis padres eran alcohólicos, mis padres me descuidaron, mis padres murieron. Mi hermano murió. Mi otro hermano está mentalmente enfermo y es un pervertido sexual. mis padres abusaron de mis hermanos quienes a su vez abusaron de los niños menores. Yo fui objeto de abusos sexuales. Mi organismo no puede producir una encima importante. Los semáforos no cambian cuando yo quiero. Otros conductores a veces son groseros. Yo soy grosero a veces. Mis estudiantes tienen dificultades. En el programa otras personas a las que quiero sufren de penas y dolor. La vida nos hiere de vez en cuando. la vida se termina.
Si puedo aceptar la vida tal y como es, se torna más llevadera. La vida fluye como un río, esté de acuerdo o no . Puedo optar por dejarme llevar por la corriente. Puedo remar río a arriba. Puedo flotar río abajo. No soy el responsable del curso del río, pero tengo opciones. Hoy siento mayor paz, alegría y relajación. A esto yo lo llamo serenidad. Cuando estoy dispuesto, Dios me otorga serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar.

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